30/3/11

El bucle..


Suena el despertador, abres los ojos.

Está amaneciendo, los primeros rayos de sol asoman tímidamente a través de tu ventana, sin embargo, todo es gris a tu alrededor.

Te levantas y caminas con desgana, con el semblante de un preso condenado a cadena perpetua, el cual sabe exactamente lo que va a suceder.

Te miras al espejo intentando encontrarte, pero el intento acaba en fracaso. Ves tu imagen reflejada, sabes que eres tú, pero no logras reconocerte.

Comienza la rutina diaria, un poco de maquillaje y los moratones desaparecen como por arte de magia. Es fácil, puesto que son pocos, simplemente unos roces sin importancia, los importantes nunca están a la vista de los demás.

-Buenos días.

-Buenos días. –Respondes-. Intentando parecer lo más tranquila posible.

Al salir del baño sientes que te roza el brazo, de repente una especie de escalofrío recorre tu cuerpo, la piel se te eriza y una mezcla de rabia y miedo se apoderan de ti.

Parece que hoy está de buen humor, recitas mentalmente a modo de consuelo. Ya veremos cuanto le dura…

Te pones tu máscara de “Aquí no pasa nada” y una vez en la calle te conviertes en la mejor de las actrices. Vecinas, compañeras de trabajo, amigos y familiares, nadie sospecha nada. Para todos eres la chica risueña y simpática de siempre, la recién casada enamorada y feliz. Sin imaginar que por dentro gritas en silencio, pidiendo a cualquier Dios disponible que te de fuerzas para continuar.

Y acabas el día sentada en una cafetería cualquiera, escuchando las historias de tus amigas mientras inconscientemente acabas haciéndolas tuyas, imaginando como sería vivir como ellas, vivir la vida sin miedo, sin lágrimas, vivir…

Por un momento un ápice de esperanza se hace presente en tu mirada, te debates entre el miedo y la ilusión, el valor se hace presente y piensas en salir de ese infierno que nunca pediste, en escapar sin importar las consecuencias, en volver a ser tú.

De repente el sonido del móvil te devuelve a la realidad, miras la pantalla, es él.

“Cariño perdóname, siento mucho lo que pasó ayer, nunca quise hacerte daño, estaba borracho y no sabía lo que hacía, te juro que jamás volverá a suceder. Sabes que TE QUIERO”

En ese instante todo el valor y la determinación que tenías minutos antes se desvanecen como si nunca hubiesen estado ahí, sabes que sus palabras no son reales, que siempre acaba diciendo lo mismo y siempre vuelve a hacerlo, pero no puedes evitar creer que va a cambiar, que esta vez todo será diferente.

Y una vez más, vuelves al principio de ese bucle sin final en el que se ha convertido tu vida, ese bucle donde el amor, donde Tu amor, es más fuerte que el miedo o el dolor. Y de nuevo terminas perdonando cosas que jamás deberían ser perdonadas, sin saber que quizás la próxima vez sea demasiado tarde, sin saber que eso… Eso no es amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario